Pensamientos positivos: Tu arma secreta para conseguir tus objetivos de forma física

Las celebraciones son momentos muy alegres: nos juntamos con la familia, con amigos que no vemos hace tiempo, salimos a comer con ellos... pero también puede ser fuente de preocupación para algunas personas por esos kilos de más de después.


Si te angustia tirar por la borda el trabajo que estás realizado a base de una alimentación equilibrada y ejercicio regular o te preocupa caer en la clásica trampa de comer en exceso, tienes la solución, está al alcance de la mano. Un tipo de solución que quizá no te esperes: lo que nos decimos a nosotros mismos.

A la hora de mantener el peso, la psicología se centra principalmente en reformular nuestros hábitos alimenticios, como por ejemplo, saber escoger bien los alimentos y averiguar las consecuencias de comer en exceso. También puede implicar aprender a "hablarnos bien" a nosotros mismos. Pero hay otro aspecto de esta psicología que lleva los pensamientos positivos un paso más allá: la convicción de que tienes todo lo necesario para alcanzar tus objetivos físicos. El pensamiento funciona de la siguiente manera: tendemos a actuar en función de lo que nos decimos a nosotros mismos. Por eso, al visualizarte como una persona que lleva un estilo de vida saludable y activo, es más probable que te conviertas en ese tipo de persona comiendo mejor, haciendo más ejercicio y desarrollando una imagen de ti mismo más positiva.

Está claro que no lograrás tus objetivos físicos o de peso utilizando solamente los pensamientos positivos y la (mayor) confianza en ti mismo, pero estos aspectos pueden ser una pieza clave del rompecabezas. Así que, aunque tus acciones son fundamentales, también es importante sentirse bien consigo mismo. Recuerda que en las celebraciones debes ir más allá del número de calorías que has ingerido o los muchos (¡o pocos!) pasos que has caminado.

Tienes que aplicar los pensamientos positivos y la autoconfianza y convertirte en tu propio animador y entrenador personal para hacerte responsable de tus acciones, todo en uno. Con este planteamiento, podrás disfrutar encontrando un equilibrio entre los caprichos y un estilo de vida saludable.

Sigue estos ejemplos de pensamiento positivo:

¿Te has saltado una sesión de ejercicio? En lugar de decirte a ti mismo "Soy un vago", el pensamiento positivo sería "Hoy me tomo un día de descanso y así tengo tiempo de planificar una sesión de ejercicio genial para mañana".

¿Has sucumbido a esa segunda tartaleta de carne? En lugar de "Ya he metido la pata, así que puedo comer hasta reventar el resto del día", el pensamiento positivo sería "No es el fin del mundo. Voy a disfrutar de esto y luego me comprometeré a comer más ligero."

¿La báscula te marca unos kilitos de más? En lugar de "Me rindo, nunca alcanzaré mi objetivo de peso, así que, ¿para qué molestarme?", el pensamiento positivo sería "Está bien, me fijaré un miniobjetivo nuevo para las próximas semanas y comeré más sano para alcanzarlo."

Recuerda que el pensamiento positivo consiste en no machacarte si cometes un desliz. En vez de eso, utiliza tu voz interior para recordarte que solo porque te hayas resbalado, no significa que tengas que caerte.


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